Autor: Rubén A. Sandoval
Presidente / Pastor Principal
¡Todos en esta vida luchan con respuestas a oraciones no contestadas! ¿Hasta cuándo Señor? (Apocalipsis 6:10; 5:8; 8:3; Salmo 79:10). ¿Hasta cuándo, oh Yahwéh, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? ¿Por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, y haces que sea los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne? (Habacuc 1:2-3; 13-14).
Es un dolor para todo creyente ver la perversidad, la injusticia y la violencia, mientras que Dios parece no importarle nada y lo que parece peor, que no hace nada al respecto. No es fácil comprender el silencio de Dios, pero hay respuesta, porque el Dios Altísimo no es un espectador indiferente ni despreocupado, y eso lo demostró en la cruz del Calvario (Hechos 17:30-31; Romanos 3:21-26). En el aprieto (conflicto) la fe es probada, en la solución de Dios la fe es enseñada, y el resultado de la fe ante cualquier problema será tener una fe victoriosa (Salmo 17:3; Daniel 12:10; Zacarías 13:9; Malaquías 3:3; 1 Pedro 1:7; 1 Juan 5:4).
¿Por qué permite Dios la corrupción? ¿Por qué se queda callado ante el éxito de los malvados? ¿Cómo es posible que un Dios justo y santo pueda permitir tanta maldad y corrupción en el mundo? Todo creyente tiene momentos de confusión, de desconfianza, de escepticismo, y de ateísmo en los atributos de Dios. Los caminos del Eterno son inescrutables, y la capacidad humana para entenderlo crea confusión y desconsuelo. La frustración de Job fue no poder encontrar a Dios en el momento de la prueba (Job 23:2-9). ¿Dónde encontrar al Eterno cuando parece haber dado la espalda? El propósito de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, es tener comunión para comprender esa voluntad y vivirla (Hechos 17:27-28). El propósito de la prueba es producir paciencia (Santiago 1:3), para que la paciencia haga su obra completa, para que el creyente sea perfecto y cabal, sin que le falte cosa alguna. La prueba es una herramienta de Dios para producir madurez espiritual, confianza y dependencia en él (Hebreos 11:6-7). Hay poder en la rendición y en la dependencia de Dios por medio de Jesucristo (Gálatas 2:20; Juan 12:24; Mateo 10:39: 16:24). Es un llamado a depositar la vida en las manos de Dios. No hay manera de venir a Dios sin involucrar la rendición (sumisión, obediencia, dependencia). El acto de rendirse es muy doloroso, y no es una herramienta para gente cobarde, es un medio para los valientes, y no significa aceptar los problemas de manera pasiva ni fatalista. El fatalista cree que las decisiones humanas no cuentan y que la responsabilidad moral ha sido eliminada, reduciendo el evangelio a una relación impersonal con Dios (Mateo 11:30; Apocalipsis 22:17; Juan 3:18; Hechos 18:9-10). Antes de asumir una actitud de victoria tiene que existir una compostura de entrega y de rendición (Juan 12:24-26). Jesús conoció el dolor de la entrega: Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo (Mateo 26:39). “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:3-4). En esos momentos de perplejidad el creyente internamente dice muchas veces, no puedo servir y amar a un Dios que me trata tan mal. Sin embargo, todos los gigantes de la fe experimentaron momentos difíciles (Hebreos 11:1-11).
La confianza no se debe poner en las emociones ni el dolor, se debe poner en la fidelidad de Dios. Saber que Dios tiene todo el poder para resolver cualquier problema, y luego pensar que no hace nada al respecto, es una herida que causa dolor y frustración, es la herida de muchos ateos. Sin embargo, el silencio de Dios es señal de intimidad y de soberanía, no es una demora cruel, es la preocupación más compasiva por el bienestar espiritual de esa persona. ¿Qué problema está actualmente desafiando la fe en Dios? Hay realidades en el valle que se burlan de cualquier experiencia que se haya tenido en el monte de la transfiguración (Lucas 9:28-42). ¿Dónde está Dios cuando se sufre y más se le necesita? Es una clase de reflexión que tortura y cercena la fe en ese ser todopoderoso (Hebreos 12:3). ¿Dónde estaba Dios cuando el pueblo de Israel era esclavo en Egipto? ¿Dónde estaba Dios cuando Goliat desafió al pueblo de Israel?
¿Dónde estaba el Padre y el Espíritu Santo en los sufrimientos de Jesucristo? (2 Corintios 5:19-21; 1 Corintios 6:20; 7:23; Romanos 3:26; Hebreos 10:5-10). ¿Dónde estaba Dios cuando el hombre estaba muerto en sus delitos y pecados? Dios se encarnó para redimir, liberar y para santificar (1 Timoteo 3:16; Juan 1:14). ¿Dónde está Dios después de la ascensión de Jesucristo a la diestra del Padre? (Hechos 1:8-11). Cuando Jesús se fue, envió al Espíritu Santo para formar la iglesia, el único organismo vivo donde él vive y mora ahora (Juan 14:16- 19). La iglesia es la forma visible que Dios tiene para establecer su autoridad y presencia en el mundo (1 Corintios 6:19-20; Efesios 3:8-11). La pregunta correcta ahora no es dónde está Dios, es cuestionar dónde está la iglesia cuando el mundo sufre. La iglesia fue llamada a ser la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13-14). ¿Acaso el juez de todo el universo no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? (Lucas 18:7).
“Sean sobrios y manténganse alertas, porque el adversario (antidikos) de ustedes, el acusador, anda como león rugiente, alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Antídikos (de 473 / antí, «contra, compensar» y 1349 / díkē, «justicia, un juez»), propiamente un abogado acusador argumentando un caso judicial, un oponente legal. Un antidikos (476) es un acusador, un adversario, un fiscal que presenta cargos formales que son vinculantes. Antidikos es un término legal técnico utilizado en la antigüedad de un adversario en una sala del tribunal, es decir, alguien que busca daños oficiales, formales, y vinculantes. Dike (1349), especialmente un veredicto judicial que declara a alguien aprobado o desaprobado; un juicio (justamente para encontrar) que considera a alguien (algo) como «culpable» o «inocente». Antidikos significa aquel que trae una demanda legal en contra de nuestros derechos. El propósito del diablo como fiscal es negarnos lo que es por derecho de todo creyente en virtud del sacrificio de Jesús. De allí la pregunta por qué no estoy obteniendo lo que la biblia dice que Jesús obtuvo en la cruz. Es porque que el diablo tiene un caso legal contra ese creyente. Así que antes de ir a la batalla contra el enemigo lo mejor es ponerse a cuentas con el Señor, y quitar ese derecho legal mediante el arrepentimiento y la confesión. El mismo término lo encontramos en Mateo 5:25; Lucas 12:58, y con la parábola del juez injusto y la viuda Lucas 18:3. ¿Con quién fue la viuda a buscar justicia? ¿Con el adversario o con el juez injusto? Ella buscó del juez un veredicto para vencer al adversario para hacerlo incapaz legalmente, para que el adversario ya no pudiera operar contra ella. Después de haber arreglado esa situación con el juez justo, entonces hay autoridad y derecho de reprender al devorador (Santiago 4:7). ¡En Santiago 4:7 hay un orden para resistir al diablo y hacerlo huir! Antes de pelear primero hay que tener un veredicto del juez justo, de lo contrario siempre habrá fracaso.
¿Qué es lo que Dios busca en todo hombre? Fe o confianza en él, pero no es cualquier clase de fe, se trata de examinar la actitud personal del hombre frente a la voz de Dios y a la revelación de él (Juan 4:21-24). El hombre de fe es aquel que confía en la naturaleza y carácter de Dios. La fe es un instrumento o medio para apropiarse de las promesas en la revelación Escrita. ¿Qué es la fe según hebreos 11:1-40? Es una convicción infalible (v.1), un testimonio viviente (v.2), confiar en el poder de la Palabra (v.3), un ejemplo de excelencia y justicia (v.4), el único camino a la inmortalidad (v.5), y él único medio para agradar a Dios (v.6). Es la respuesta del hombre a la voz de Dios (v.7), una obediencia activa en la herencia (v.8), es vivir con un enfoque eterno (v.9-10), es creer posible por la palabra lo imposible (v.11-12), es una expectativa que trasciende lo temporal (v.13-16), es un sacrificio vivo y agradable a Dios (v.17-19), es una declaración profética guiada por el Espíritu Santo (v.20-21), es tener una perspectiva del nuevo mover de Dios (v.22), es entereza prudente y valiente (v.23), es renunciar a lo temporal para obtener lo eterno (v.24-26), es ver al invisible para enfrentar lo imposible (v.27-28), es caminar en la provisión de Dios para cumplir la misión (v.29-30), es una trasformación radical y espiritual (v.31), es actuar con una mentalidad de conquistadores (v.32-38), y es vivir el presente garantizado por las promesas divinas (v.39-40). ¿Cómo se obtiene la fe en Dios? (Romanos 10:14-17). ¿Cómo cayó el primer hombre? Desconfiando y sintiendo insatisfacción en la bondad de Dios. ¿Cómo transforma y restaura, ahora Dios al hombre? Confiando en su bondad y fidelidad, naturaleza y carácter. La esencia de la fe es la fidelidad de Dios (Marcos 11:22; Salmo 40:9), es mirar a Dios, ese es el verdadero secreto de la fe verdadera. La naturaleza de la fe es ser examinada, probada, inspeccionada, aprobada, verificada, comprobada, catada, escudriñada y pesada (1 Pedro 1:7; 1 Tesalonicenses 2:4; Jeremías 17:10).
La fe genuina vence cualquier obstáculo, porque la fe bíblica se conecta con el reino y los recursos de Dios (1 Juan 5:4-5; 2 Crónicas 20:20). ¿Hay enfermedad, dolor, clamor, angustia, muerte, pobreza, hay crisis económica, políticos corruptos, corrupción, despotismo, inmoralidad en el reino de los cielos? ¿A qué reino pertenece ahora el creyente? ¿Es posible vivir para el reino de las tinieblas y pretender tener resultado del reino de los cielos? (Mateo 16:13-19; Juan 14:12-14; 1 Corintios 10:20-22). El creyente ya no es una víctima del sistema caído, tiene acceso para entrar a una dimensión invisible (espiritual), un dominio real que puede afectar la tierra, ahora puede vivir una vida abundante (Juan 10:10). Cualquier creyente que haya hecho la declaración de fe del apóstol Pedro, tiene las llaves del reino de los cielos, ha sido equipado con armas espirituales y no carnales. Las condición espiritual, social, económica, física, ambiental y cultural demanda un gobierno superior (Daniel 2:34-35, 44-45). El justo por la fe vivirá, la llave que lo abre todo, permanecer. ¿Qué cambios hacían los fariseos en los ciegos, cojos, endemoniados, leprosos, paralíticos? ¿Qué cambios hacía Jesús en la vida de las personas sin importar las circunstancias? Se ha preguntado alguna vez y ha cuestionado a Dios diciendo: ¿Por qué Dios no quita el sufrimiento del mundo? ¿Por qué Dios no quita el mal? ¿Por qué Dios no interviene? ¿A quién se le delego administrar la tierra? Dios nos quiere ayudar y por eso ha dado a la iglesia las llaves del reino de los cielos para cambiar cualquier desgracia. Lo que usted prohíba y desate, el cielo lo atará y desatará. ¿Quién es responsable del deterioro del mundo, enfermedades y sufrimientos? La mala administración del hombre. Las llaves (principios, leyes) del reino sirven para abrir y cerrar, para atar y desatar, el creyente tiene autoridad y poder para cambiar las circunstancias. Por la fe celebraron la pascua, por la fe pasaron el mar rojo, por la fe cayeron los muros de Jerico, por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, etc. Cuando el sistema natural no funciona, es el momento de usar las llaves del reino de los cielos para abrir (destapar) y descubrir y explorar la provisión del Cielo (Marcos 4:11; Salmo 91:7). ¿Qué es eso que tienes en la mano? (Éxodo 4:2-5; 2 Reyes 4:1-7). ¿Por qué el mundo está en desgracia? El hombre ha rechazado el gobierno, la sabiduría, y la Palabra de Dios. ¿Quién es el mejor modelo para vivir aquí en la tierra? ¿Por qué la iglesia no está haciendo cosas mayores? (Juan 14:12-14). ¿Será qué estamos viviendo el evangelio de Jesús? ¿Parece que el pueblo de Dios ha vivido limitándolo? Hay una dimensión espiritual poderosa, hay provisión y recursos en el reino de los cielos. El reino de los cielos funciona con llaves, no con sentimientos ni emociones. El reino de Dios funciona con principios y leyes que deben seguir los ciudadanos para beneficiarse de los derechos y privilegios. ¿Qué hacer en las crisis y circunstancias adversas? El reino de los cielo sufre violencia y los valientes lo arrebatan (Mateo 11:12). ¿Cuántos están luchando con obstáculos, circunstancias, enemigos, enfermedades, problemas financieros, emocionales, relacionales, identidad? ¿Cuántos saben que el creyente tiene acceso a una dimensión espiritual? ¿Cómo es que Jesús hacia tantos milagros y cambiaba las circunstancias? Tenía acceso al reino de Dios y sabía cómo usar las llaves. ¿Cuál es la clave para vivir en el reino de los cielos? Arrepentirse, y el conocimiento, saber para qué son y cómo usarlas (Lucas 8:10). Los discípulos vieron a Jesús sanar enfermos, resucitar muertos, echar fuera demonios, calmar tormentas, multiplicar el pan, caminar sobre las aguas. La fe en la Escritura tiene un sentido doctrinal (Judas 3), y también un sentido con relación a la actitud personal o respuesta del hombre frente a la revelación escrita de Dios. La Escritura proporciona afirmaciones de la fe, y definirla en un versículo es una injusticia, pues todo el capítulo de hebreos 11 es una declaración de la fe que Dios espera del hombre. El gran objeto de la fe es Dios mismo, y para Dios una fe separada de él, es vana. La fe bíblica no es cualquier idea o pensamiento humano, es una convicción sobre el reconocimiento pleno de la revelación que Dios ha hecho de sí mismo. La fe es la respuesta a la revelación del carácter y pacto que Dios ha establecido con el hombre por medio de Jesucristo. La obediencia que se espera es la respuesta a la revelación de esa voluntad y de esos mandamientos. La verdad debe provenir de Dios, no se puede inventar ni especular nada (Juan 4:22). Adorar al Dios verdadero consiste primero en saber quién es Él de acuerdo al carácter y la voluntad revelada en las Escrituras mediante la guía del Espíritu Santo (1 Corintios 1:19-21; 2:8-16; Isaías 29:14; Santiago 3:15).
¿Por qué la vida cristiana es una vida de fe? La fe es una respuesta a la revelación divina, y consiste en confiar en Él teniendo en cuenta quién es Él y de quién se trata (Salmo 9:10). Es imposible vivir una vida de obediencia a Dios, a su voluntad y mandamientos, si no hay un conocimiento de Él y de su carácter (Juan 14:15, 21). La fe verdadera es una confianza razonada y no un salto en la oscuridad. La fe sin razón es superstición, presunción, idolatría, fanatismo, credulidad, ocultismo e hipnotismo. La razón es la actividad mental utilizada en la búsqueda de la verdad, y ningún sistema filosófico legítimo debe evitar su utilización (Hechos 17:2-3; 18:4, 19; 24:25; Filipenses 1:17). La fe tiene relación con el intelecto, el corazón y la voluntad, y con los patrones de conducta. Es una adhesión (devoción, lealtad, amistad) que se demanda de una persona hacia otra, implica una comunión personal con Dios y con el mediador, la palabra clave es sumisión. Es un comportamiento y una respuesta incondicional, aquí entra la actitud de tener confianza plena en la revelación escrita de Dios. ¿Cuál es la esencia de la fe? Es mirar a Dios, no es mirarse uno mismo ni las dificultades, ese es el verdadero secreto de la fe (Mateo 14:25-32). Los ingredientes básicos del discipulado bíblico son la adoración, la fe, la obediencia, y la esperanza. Las cuatro serían irracionales si no hubiera una base objetiva en la revelación divina. La fe genuina es persistente y tiene fruto interno y externo, termina la carrera (Mateo 10:22; 24:13; Hechos 1:14; 2:42). ¿Qué involucra la fe genuina? Conocimiento, asentimiento, y confianza. La fe no se funda en la ignorancia sino en el conocimiento revelado en la Escritura. El asentimiento es la persuasión de la verdad del objeto de la fe, el consentimiento de la mente a la verdad. El elemento intelectual del conocimiento no puede faltar, y el elemento espiritual del arrepentimiento no debe ser olvidado. ¿Práctica Dios el racismo, fanatismo, segregación, discriminador, exclusión, distinción, arbitrariedad, parcialidad, favoritismo, preferencia, exclusivismo? La biblia deja bien claro que Dios no hace acepción de personas (Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Colosenses 3:25; Santiago 2:1, 9). En la parábola de la respuesta de dos hijos a la voluntad de su padre (Mateo 21:28-32), vemos igualdad de circunstancias, de favores y de beneficios. Igualdad de obligaciones y de responsabilidades, y todos son invitados a trabajar en la viña del Señor. En apariencia muchas veces vemos desigualdad, desproporción, y desventajas, pero las oportunidades de hacer la voluntad del Padre son las mismas para todos. El primer hijo estaba representado por los publicanos y las rameras (robo e inmoralidad). El segundo grupo eran los religiosos que profesaban piedad, pero resultaron falsos. El hijo obediente se conoce por sus frutos y no por sus palabras. Hay gente que no prometen nada pero dan frutos, y están los que prometen mucho y no dan nada. ¿En qué grupo me encuentro? ¿Qué me ha pedido el Padre hacer a mí? ¿Cuántos saben que la fe y la humildad caminan juntas? ¿Cuál era el escenario (contexto, marco, teatro, ambiente) que estaba viviendo Jesús cuando fue a la región de Tiro y Sidón? Los líderes religiosos cada vez era más hostiles y procuraban matarle, las masas se habían fanatizado al punto de querer hacerle el rey de la comida (Juan 6:15). ¿Era Jesús movido por las circunstancias o era movido por lo que oía y veía hacer al Padre? (Juan 5:19-20; 6:37, 44-45, 65). ¿Qué voluntad era la única que movía a Jesús? La voluntad del Padre. ¿Por qué Jesús fue a la región de Tiro y Sidón? Jesús era la respuesta al clamor de una mujer angustiada que había orado al Padre. ¿Cuánto tiempo lleva orando y clamando por ese problema y no mejora sino empeora? El propósito de Jesús al salir de Israel era doble. El Hijo del Hombre también había venido a buscar a los perdidos (Lucas 19:10; Juan 10:16). Jesús quería romper las barreras del pecado de la inclusión o exclusivismo. ¿Por qué al ser humano le gusta excluir a otros? ¿De dónde viene ese sentimiento o prejuicio? La causa es el orgullo, el miedo, la ignorancia, y la falta de identidad. ¿Cuántos alguna vez han sido excluidos, rechazados y dejados afuera? ¿Cuántos han sido invitados a cualquier celebración pero como protagonistas, y qué clase de emociones producen los primeros asientos y la mejor atención? El velo del lugar santísimo ya fue rasgado y derribado por Dios en la cruz (Mateo 27:51; Hebreos 6:19-20; 10:20). ¿Cuál es esa cortina que existe en todo ser humano? La mala actitud (predisposición, instinto, inclinación, apego) de excluir, y con esa actitud se adopta una postura de rechazo y de alejamiento. ¿Cuántos disfrutan deliberadamente de esos sentimientos de superioridad a expensas de otros? En toda sociedad, escuela, iglesia, lugar de trabajo, hay pequeños grupos que pertenecen al círculo íntimo, la mejor versión espiritual de ese grupito.
Ese anhelo de subir de categoría, de sentirse importante, es muy peligroso porque se hacen concesiones. El hombre después de perder la vida y la presencia de Dios, ahora se pregunta: ¿Quién soy? Identidad. ¿De dónde vengo? Herencia. ¿Por qué estoy aquí? Propósito (zarza Jueces 9:8-1). ¿Qué puedo hacer y alcanzar en la vida? Potencial. ¿Hacia dónde voy? Destino. Esas preguntas resumen la esencia de todas las luchas, y todas ellas controlan el comportamiento y la motivación de cada individuo. Todas las batallas sociales, económicas, espirituales, y relacionales brotan de esa búsqueda tan intensa. Ese deseo desesperado de sentirse importante y relevante (distinguido, sobresaliente, encumbrado) hace que la gente sacrifique el sentido común, el buen juicio, los valores y estándares morales básicos. En ese intento por ganar importancia y sentirse valorados y estimados, la gente es capaz de hacer muchas estupideces (Jueces 9:8-15). En esencia, ese deseo profundo por un sentido de valor, de significado y de relevancia es la causa y el motivador del comportamiento humano con todos sus conflictos (Efesios 1:3-7). Ese deseo vehemente (ardiente, apasionado, impetuoso, impulsivo) no conoce los límites, ricos y pobres son víctimas de ese poder. Ese anhelo por relevancia y significado es la evidencia de un vacío interno que necesita ser llenado. Los discípulos de Jesús no eran diferentes a la iglesia contemporánea, también ellos luchaban con esos sentimientos de afán y de superioridad (Mateo 20:20-28; Marcos 10:35-45). ¿Sentarse a la derecha y a la izquierda era formar parte del círculo íntimo? En este pasaje hay dos grupos de personas que van a ser examinados por el Señor Yahshúa. Los judíos despreciaban a los gentiles al punto de llamarles perros. ¿Qué dijo Jesús de las ciudades impenitentes? (Mateo 11:20-24; Lucas 10:13-16). ¿Cómo miraban y consideraban los discípulos a la mujer cananea? Una paria, lo intocable, la escoria, un desperdicio, una sabandija, un parásito, renegado, y traidor. ¿Por qué Jesús permitió que la mujer clamara tras ellos hasta que los discípulos le sugirieron que la despidiera? La demora de Dios trajo fortalecimiento a la fe de Abraham. La fe se fortalece en la espera (Romanos 4:18-20). ¿Por qué causa Jesús se demoró al acudir a la casa de Jairo? (Marcos 5:36). ¿Acaso no hizo lo mismo cuando supo que Lázaro estaba enfermo? (Juan 11:15). Dios busca que la fe de aquella mujer se expresará en un nivel más elevado, él sabía que tenía la humildad y la relación con el Padre. Las pruebas examinan la fe y revelan la condición de corazón. ¿Hay alguna contradicción entre la justificación por la fe y la justificación por obras? Pablo recalca la raíz (fundamento, causa) de la justificación (fe), Santiago subraya el fruto (el efecto, la evidencia) de la justificación que es la santificación (Efesios 2:8-10; Tito 3:5-7). El hombre que ha sido justificado demuestra mediante las obras que es salvo (Santiago 2:20-24). Hay poder en la importunidad (Lucas 11:5-13), en la insistencia, en la persistencia, en la perseverancia, en la osadía y audacia. La importunación es un arma espiritual para prevalecer con los hombres y con Dios. La parábola de la viuda persistente es un modelo para lograr un veredicto del juez justo (Lucas 18:1-8). Jesús habló de la necesidad de orar siempre y de no desmayar. ¿La fe genuina es la respuesta a qué? A la revelación del carácter y pacto de Dios. ¿La obediencia es la respuesta a qué? A la revelación de la voluntad y mandamientos de Dios. ¿La esperanza es la respuesta a qué? Al propósito y a las promesas de Dios. La biblia es un libro del testimonio de la fidelidad de Dios. ¿Qué hacer en las crisis? En las crisis siempre se empieza viendo mal. Sin embargo, el creyente tiene la promesa que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme a su propósito son llamados (Romanos 8:29). En la crisis nunca se mira el otro lado de la moneda y los resultados de esa experiencia (1 Juan 5:9). ¿Será verdad que la fe verdadera nunca tiene problemas, ni preguntas y nunca camina envuelta en la oscuridad? Basta con leer los salmos y ver la vida de muchos profetas para darse cuenta que ellos también caminaron dentro de un mar de preguntas y de perplejidades. Al punto de llegar a pensar muchas veces que Dios se porta mejor con los impíos que con sus hijos. Cuando el creyente dice: el Señor es bueno y fiel, no es una convicción lograda por especulaciones teológicas, sino la vivencia de transitar por un camino áspero y doloroso, pero eficaz (Hebreos 5:7-9). ¿Va a caer en deslealtad, infidelidad, y apostasía al Señor por no entender un proceso? ¿Va a salir corriendo para vivir como los mundanos? ¿Qué va hacer cuando llegue el día malo? ¿Va a buscar la presencia y la luz del Señor en el santuario? ¿Hacia dónde va a correr, y a quién va a buscar?
¿Qué dijo el apóstol Pedro cuando todos se estaban marchando y Jesús les preguntó si también ellos querían desertarse? Señor a quién iremos, solamente tú tienes palabras de vida eterna (Juan 6:67-69). ¿Se puede confiar en el Señor, en Su Palabra y en sus promesas? El Señor es bueno y es fiel. Tener fe en Di-os es apoyarse en la fidelidad de Él, y en la naturaleza y carácter. La fe es la acción del alma que se dirige al Señor, y es un compromiso confiado con el objeto de la fe. La esencia de la fe es mirar al Señor, ese es el verdadero secreto de la fe. La fe es un acto de la voluntad, una actitud de la mente, es un cambio de mirada. Lo más importante de la fe es a quién se dirige y en quién descansa. El trabajo de la fe es confiar, acatar, y recibir. El trabajo de la razón es dudar, cuestionar, discutir, y examinar. La naturaleza de la fe es ser examinada o probada (1 Pedro 1:5-7). ¡Los falsos cristianos siempre son triunfalistas! El diablo no los toca ni los tienta, pero ellos ya no hay pecado ni demonios. Sin embargo, ese optimismo desequilibrado se convierte en presunción y en desilusión cuando llega la prueba. El ser humano, por naturaleza, es dado al triunfalismo, le gusta contar y cantar las victorias, y ocultar las miserias y las debilidades. El peligro de una fe socavada es derrumbarse, y convertirse en apostasía. Pero la crisis puede ser superada con la fe en el Señor, que resulte en alabanza, gloria y honra al Señor. Sin embargo, mientras se lucha con esa tentación y crisis, resuelva confiar en la bondad del Señor. Yahwéh Dios es bueno y aunque la experiencia sea todo un infierno. ¡El diablo quiere que el creyente desconfíe de la bondad y la fidelidad del Señor! ¿Cómo puede una persona que ha experimentado la presencia de Dios, decir que Él es una ilusión carente de realismo y un fraude? ¿SERÁ QUÉ ES EN VANO SERVIR AL SEÑOR? ¡Ese pensamiento ha llegado a muchos en todos los tiempos! (Malaquías 3:13-18). ¿Qué sentido tiene seguir temiendo a Di-os, cuando la recompensa a la integridad no llega y, en cambio, sobreviene la calamidad? Parece más sensato renunciar a la fe y seguir el camino de la apostasía. ¿Va a seguir la corriente de los impíos? ¿Sabe dónde se encuentra la solución a cualquier crisis? ¿Qué beneficios ha encontrado al venir a buscar al Señor con la fe de esta mujer cananea? ¿Para dónde agarrar cuando hay una crisis de fe? ¿Hacia dónde se debe correr cuando llega la tentación y no hay fuerzas, y muchas ganas de tirar la toalla? Para cada crisis hay una respuesta divina, hay una salida, y hay una Palabra. La fe del creyente no es fruto de su propio carácter o fuerza de voluntad. Es el resultado de conocer el carácter, los atributos, las promesas, y la fidelidad del Señor. El creyente es frágil fuera de la presencia del Señor, pero en Él encuentra la fuerza para vencer el temor. ¿Dónde se encuentra el secreto de la victoria espiritual en la hora de la prueba y de la tentación? Haga el objeto primario de sus anhelos la presencia del Señor. La fe no puede echar raíces donde no hay meditación (reflexión) y comunión (Romanos 10:16-21). Esos dos ejercicios espirituales son la clave de la victoria, servicio, satisfacción espiritual, testimonio eficaz, y el bálsamo para las horas de sufrimiento (Lucas 2:19). La comunión y la meditación son dos asignaturas pendientes para muchos creyentes en la actualidad. La comunión con el Señor fortalece la fe, y anticipa la acción liberadora del Señor. Cuando los ojos físicos ven enemigos y muerte, los ojos de la fe ven liberación y maravillas. Ninguna espera en Dios no acabará en frustración y en el fracaso (Romanos 4:18; 5:5; 8:24). Donde hay fe hay esperanza (Salmo 25:3), y es el camino a la victoria. Josué creyó a la promesa, espero su cumplimiento, después la Palabra del Señor se tradujo en una acción maravillosa (Josué 1:6). La fe capacita para perseverar y permanecer entre la tensión actual, los problemas actuales y la futura liberación que aguarda (Romanos 4:18; 8:24-25). Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza, expectativa, perspectiva, seguridad, confianza, y convicción en las promesas (Romanos 15:4). Todos los héroes de la fe pasaron por la experiencia de ser quebrantados o doblegados. Todos en algún momento de la vida tendrán que conocer la amarga experiencia de ser quebrantados. Antes que Abraham fuera declarado amigo de Dios, fue quebrantado. Moisés antes que fuera el libertador de Israel tuvo que experimentar el quebrantamiento. Jacob antes de convertirse en Israel para crear una gran nación también fue doblegado. El hijo de Dios, antes de ser declarado y constituido el Salvador del mundo, fue quebrantado en la cruz. ¿Cuándo Dios escogió al pueblo de Israel también abandonó a las demás naciones y gentes? En Yahwéh Dios no hay injusticia.
Dios es soberano en todo lo que hace, pero no es un ser arbitrario ni discriminatorio (Ezequiel 18:21-32; 33:10-20; Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; 14:16-17; Romanos 11:25; Juan 10:14-16). Detrás de cada rostro existe una historia, y esa historia no siempre es agradable. No obstante, Dios sabe cómo restaurar y sanar el corazón herido y quebrantado. Hay personas que estuvieron en situaciones difíciles, pero rechazaron la idea de quedarse sentados esperando la muerte (2 Reyes 7:3). Habrá un lugar, un tiempo, una situación en la vida de cualquier creyente cuando esa fe en Dios será probada. Esa fe que nunca ha sido puesta a prueba hasta ese grado, será probada para ver la manifestación. ¡Al final siempre se pierde todo aquello que por concesión se quiere obtener!
I) PRIMERA PARTE DEL EXAMEN, EL SILENCIO DE DIOS (Mateo 15:21-23; Marcos 3:8; Lucas 6:17). El silencio de Dios es el grito que más se escucha en el libro de los Salmos, y es el dolor más agudo que un seguidor del Eterno puede enfrentar en las crisis de la vida, cuando se clama por ayuda y al parecer no hay respuesta. No es fácil superar el examen de una prueba prolongada, y la expresión que se utiliza es, ¿hasta cuándo Yahwéh o Jesucristo? ¿Cuándo la fe se fortalece más? ¿En los mejores o en los peores momentos? ¿Cuántos de los que leen este mensaje han tenido que perseverar ante el silencio de Dios? ¿Será verdad que la fe verdadera nunca tiene problemas, ni dudas y nunca camina envuelta en la oscuridad? La alabanza y adoración del verdadero creyente nace dentro de un horno de preguntas y de una montaña de confusión. En toda la historia bíblica y de la experiencia humana, todos se han quejado en algún momento de la tardanza de Dios en prestar auxilio. La queja de Marta y de María ante la enfermedad de Lázaro que trascendió en muerte fue: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano (Juan 11:21, 32). Sin embargo, en medio de esa desesperación, el creyente recurre a la oración, y la oscuridad tiene que dar paso a la luz. En medio del silencio, Dios nos llama a buscar la renovación, la transformación, restauración, a buscar el cambio y hacer la transición. La lucha es dónde encontrar la fortaleza para seguir luchado y seguir perseverando, cuando Dios parece ser cruel e injusto. El mayor problema no es el silencio de Dios, es la actitud del creyente ante ese silencio, porque se podría llegar a la conclusión como en los tiempos del profeta Malaquías que dijeron: No vale la pena servir al Dios todopoderoso (Malaquías 3:13-18). Todos los creyentes en algún momento de la vida pasarán por la dolorosa experiencia de una fe en crisis o examinada. La providencia de Dios es inescrutable, pero una fe socavada por la desconfianza en la fidelidad del Eterno, corre el peligro de la incredulidad, del escepticismo, del cinismo, y de la apostasía. Sin embargo, el silencio de Dios tiene un propósito eterno, fortalecer la fe y la comunión con Él, para que esa fe sea viva y efectiva (Romanos 5:4; Santiago 1:2-3; 1 Pedro 1:6-7; 4:12). La fe que nunca ha sido probada no es fe verdadera, y cuando el creyente alaba y adora, no es una declaración teórica, es la experiencia que se obtiene en el campo de batalla. ¿Ha dejado Dios de ser justo, santo, fiel, omnipotente, misericordioso, simplemente porque no se entiende sus planes y estrategias? (Isaías 55:8-13; Deuteronomio 8:11-20). El dolor del silencio de Dios se vuelve más agudo cuando ese creyente ha sido fiel y se ha sacrificado por amor al Señor. Según Satanás nadie ama a Dios de manera incondicional e integra, siempre hay un interés por medio (Job 1:9; 2:4; Mateo 19:27). Cuando la honra a la integridad no llega en la desgracia, la lógica carnal es pensar que no tiene ningún sentido glorificar a Dios y que lo mejor es abrazar la apostasía y la incredulidad. Sin embargo, en medio de esa crisis el creyente se enfrenta a otro gran problema, para dónde va agarrar y a quién va a seguir (Juan 6:67-68). ¿Hasta cuándo?, revela la intensidad de la angustia y del dolor. ¡Es difícil entender el silencio de Dios! Pero hay respuesta, Dios no es un espectador indiferente. ¿Cuál es la prueba más dura para la fe del creyente? No es la intensidad del problema, sino la prolongación. ¿Ha estado en un túnel oscuro sin ver la salida? ¿Acaso se ha olvidado Dios del creyente angustiado y afligido? ¿Alguna vez ha clamado a Dios, pero no hay respuesta? En esos momentos de lucha, a Dios se le ve como un ser impasible, insensible, seco, y callado. (Juan 11:28-37). El Dios verdadero no es un simple concepto teológico, aislado de las vivencias del diario vivir. No existe la idea de un Dios alejado e indiferente de las necesidades de los que lo invocan.
Dios existe, es real, y es vivo, por lo tanto ve, oye y actúa con justicia y amor, asumiendo la causa de los que sufren (Éxodo 3:7-9). La gente que ha vivido la experiencia del silencio de Dios, conocen el dolor y la ansiedad de soportar esos conflictos espirituales profundos en medio de una gran oscuridad mental. ¿Qué hacer cuando se ha llegado al agotamiento en busca de alguna explicación? ¿Qué actitud tomar cuando no se entiende absolutamente nada? ¿Por qué orar cuando se tiene la sensación de que Dios no contesta? Vaya paradoja y contradicción de la vida. La oración es mejor que la indiferencia y la pasividad. La oración que Dios responde debe tener como fundamento la gloria de Dios (Lucas 18:1). ¿Cómo es posible que en medio de la confusión mental y la desesperanza suceda la confianza? ¿Quién se ha comprometido a guardar a su pueblo? Yahwéh. ¿Cómo podría abandonarlos ahora que lo necesitan? (Romanos 5:3-10). Nadie va a morir en las manos del enemigo, ninguna enfermedad triunfará al final sobre el pueblo de Dios. Todo lo contrario, esa enfermedad no es para muerte, sino para que la gloria de Dios, y para que el Hijo de Elohim sea glorificado por medio de esa crisis (Juan 11:4). Los que aman a Dios seguirán caminando el camino de la vida para cumplir el propósito divino (Ezequiel 16:1-12). El hombre de fe debe su existencia a la palabra de Dios tanto en el pasado como en el futuro para vivir. Dios los ha visto con compasión y su respuesta no tardará. Cuando la fe entra en acción, el futuro se hace presente, y lo que se espera se vive como realidad, y por eso el creyente alaba por adelantado (Hebreos 11:13; Job 35:10). Hay que empezar a cantar en medio de la tribulación y del peligro y las cadenas serán rotas y las puertas se abrirán (Hechos 16:23-40). La desesperanza y la incredulidad dice que Dios es una ilusión y que los ha abandonado. La fe responde con una alabanza diciendo: Dios es fiel, seguiré confiado, y seguiré esperado contra esperanza, ningún hijo del Altísimo puedo ser abandonado ni avergonzado.
La esencia de la fe es mirar (confiar y depender) al Señor, ese es el verdadero secreto de la fe. La prueba más dura de soportar de la fe no es la adversidad ni la gran tribulación, es la perspectiva de no encontrar a Dios y lo más grave del asunto, la relación con Dios se va deteriorando porque ya no hay pasión ni confianza en Él.
Saber que Dios existe y que es indiferente en apariencia al pecado y a toda injusticia, es una herida dolorosa que de alguna manera todos han recibido (Salmo 42:3, 10; 79:10). Es un dolor profundo sentir la ausencia de Dios, la noche oscura del alma. El verdadero creyente no se conforma con el conocimiento bíblico de un Dios impersonal, anhela comunión personal, anhela al Dios vivo que habla y escucha. Luego viene la tortura de escuchar al mundo demoniaco susurrando: ¿dónde está tu Dios? ¿Qué sentido tiene seguir confiando y esperando en él? Esa es la tortura de la fe, cuando otras voces incitan a cuestionar la fidelidad de Dios. Según el pasaje que estamos reflexionando, quiénes eran los Cananeos y los Sirofenicios, y que deidades adoraban (Lucas 19:10). Los cananeos adoraban a Baal y a Dagón, y como gentil estaba ajena a los pactos y a las promesas, estaba sin Dios y sin esperanza en el mundo (Efesios 2:12). “Saliendo de aquella región clamaba”. ¡Qué contraste y qué actitud! La mujer conocía la presencia del Señor y acudió a buscarlo.
“Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: ¡Así de numerosa será tu descendencia! Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Yahwéh” (Romanos 4:18-21). ¿Qué es confiar o creer contra toda esperanza? (Génesis 17:9-19). La fe que viene de las promesas de Dios, se aferra bajo cualquier circunstancia y contra cualquier escenario. No se trata de una fe ciega e irracional y sin fundamento, es la seguridad de las promesas de Dios que no miente.
“Si tan solo supiera dónde encontrar a Dios, iría a su tribunal. Expondría mi caso y presentaría mis argumentos. Luego escucharía su respuesta y entendería lo que me dijera. ¿Usaría su inmenso poder para discutir conmigo? No, él me daría un juicio imparcial.
Las personas sinceras pueden razonar con él, así que mi juez me absolvería para siempre” (Job 23:3-7). ¿Dónde encontrar a Dios cuando parece haber dado la espalda? Hay un desasosiego cuando no se puede hallar a Dios en medio de las desgracias. Saber que Él no está lejos y que no desampara, hace más insufrible al afligido. Hay personas que han llegado a la conclusión en esos momentos, que sería más fácil soportar el dolor sin contar con las promesas de la Escritura.
Mientras que los líderes religiosos lo buscaban para cuestionar su enseñanza, atacar su identidad, su autoridad, sus costumbres, y deseaban matarlo. Aquellos que andaban con la biblia debajo del brazo odiaban al Hijo de Dios (Lucas 4:28-29; Juan 8:40). Jesús llegó a una casa y no quería ser notado, pero no pudo esconderse porque su popularidad ya se había extendido fuera de las fronteras de Israel. ¿Sabía qué Dios tiene un remanente en todas las naciones, vasos de misericordia que él preparo de antemano para manifestar las riquezas de su gloria? (Romanos 9:20-26; Malaquías 1:10-13). ¿Cómo es posible que una mujer gentil conociera mejor que los fariseos la presencia del Señor Jesús? Con toda razón Jesús después de leer el libro de Isaías en la sinagoga de Nazaret y declarar que ese pasaje se estaba cumpliendo delante los ojos de ellos, se indignaron con el ejemplo de Naamán el sirio y la viuda de Sarepta de Sidón (Isaías 61:1-3; Lucas 4:18-29). ¿Cómo empezó Jesús su primer discurso en esta sinagoga? ¿Hablando de dinero y de ser positivos con relación a la problemática de ese tiempo, y entreteniendo a los oyentes? No, aunque Jesús menciona el pasado, es para hablar de aquí y ahora, y les dice: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de este auditorio. No les gustó que Jesús les dijera que la viuda de Sarepta de Sidón y que el leproso de Siria, aprovecharon la gracia de Dios, mientras que la incredulidad del pueblo que debería tener fe era un desprestigio a la gloria del Eterno. Es bueno observar los contrastes de la mujer Cananea y muchos incrédulos del pueblo de Israel. Mientras que esta mujer conocía la presencia de Jesús, muchos en Israel ni siquiera sabían que era el hijo de Dios, el Mesías. ¿Cuál es la actitud mental ante la voz y la Palabra de Dios? ¿Cómo se explica que dentro de un grupo de personas que escuchan el mismo mensaje, unos crecen y otros se quedan estancados, unos se vuelven productivos y otros estériles, unos adoran y otros maldicen, unos salen edificados y otros enojados, unos lloran ante la presencia de Dios y los otros se endurecen? ¿Cómo se explica esta paradoja de la vida? ¿Qué sucedía en el ministerio de Jesús con la misma Palabra que escuchaban todos? Unos obedecían y otros se endurecían, unos adoraban y otros se rebelaban. La actitud con la que una persona se acerca a Dios determina la reacción y bendición. Hay personas que mental y espiritualmente ya están prejuiciados para seleccionar lo que quieren escuchar, ignorar, y lo que necesitan escuchar. En la parábola del sembrador Jesús ilustra cuatro tipos diferentes de oyentes, cada uno escuchó la misma Palabra pero con filtros (coladores, lentes, cristales) distintos (Mateo 13:4-23). Aunque Jesús viajó con la intención de pasar inadvertido, no fue posible porque una mujer luego que oyó de él, salió a buscarlo no para especular ni tentar al Señor. La familiaridad tiene la desgracia de engendrar desprecio y rechazo, pero es un mal que tiene como fuente la envidia (1 Samuel 17:28; Mateo 20:15; 27:18; Marcos 15:10; Santiago 4:2; Eclesiastés 4:4). ¿Cómo se dirigió esta mujer a Jesús? Con fe y reverencia, un gran contraste con la incredulidad del pueblo judío. ¿Cómo es posible que una mujer gentil tenga esa actitud y esa fe? Gritando con insistencia, alguien que pide socorro con urgencia. No era un grito de incredulidad ni de burla ni de rechazo, es el grito desesperado de una persona que sabe que no puede desperdiciar la presencia de Jesús en ese lugar. Le llama Señor y también Hijo de David, estaba reconociéndolo como supremo y soberano. ¿Cuántos en Israel estaban dispuestos a darle este reconocimiento al Señor? Muchos en Israel le habían dicho que estaba loco y endemoniado, que hacia milagros por el poder de Beelzebú, que no procedía de Dios y que era un gran pecador, hijo de fornicación, y hasta le dijeron que era samaritano, una de las peores ofensas para los judíos en esa época (Juan 8:48). ¿Cerraría la puerta Jesús porque era gentil y con antecedentes idolátricos? Mientras Mateo dice que clamaba, Marcos dice que vino de inmediato y se postró a sus pies importunando a Jesús. Ese fue un acto de humildad, reverencia, sumisión y necesidad. Esta mujer gentil y pagana, reconoce a Jesús como el Señor, y el titulo Hijo de David, es una credencial del Mesías (Hechos 15:14-19; Mateo 21:15-16; 22:41-46). ¿Por qué es tan importante tener una concepción correcta acerca de la persona de Jesucristo? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias al fracasar en conocer correctamente la persona de Jesucristo y Su obra? ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? (Mateo 12:35-37; Lucas 20:41-44; Cf. Salmos 110; Hechos 2:34-35; 1 Corintios 15:25; Hebreos 1:13; 10:13). Esta confrontación ocurrió en el templo, y es una pregunta muy importante. Porque sin esa fe y sin una concepción correcta acerca de Su persona, nadie puede ser salvo (Mateo 11:28-30; Juan 14:6; Hechos 4:12; Hebreos 12:2-3; 1 Timoteo 2:5).
El Mesías esperado era en realidad Hijo de David (Marcos 12:35; Juan 7:42; 2 Samuel 7:12-13; Salmos 78:68-72; 89:3-4, 20, 24, 28, 34-37; Amós 9:11; Miqueas 5:2). Sin embargo, ellos odiaban oír que Jesús fuera llamado Hijo de David (Mateo 12:23-24; 21:15-16), y un mendigo ciego lo había llamado Hijo de David (Lucas 18:38). Las multitudes habían gritado ¡Hosanna al Hijo de David! (Mateo 21:9; Zacarías 9:9). Los fariseos deben aprender que el Hijo de David es también Señor de David. Es decir, que no solamente es hombre en el sentido de la descendencia natural, es mucho más que eso, también es Dios manifestado en carne, justificado en el Espíritu, predicado a los gentiles, creído en el mundo, y recibido arriba en gloria. Jesucristo es, por lo tanto, hijo de David y Señor de David, es humano y divino, tanto hombre como Dios (Apocalipsis 22:16; 5:5; Cf. Isaías 11:1,10). El Hijo de David no es solamente un descendiente de él, es también el Señor de David. Por lo tanto, siendo el Señor de David, es el Hijo de Dios; y puesto que es el Hijo de Dios, todos deben poner su confianza en Él (Hebreos 1:5-14). ¿Por qué Dios promete reedificar el tabernáculo caído de David? (Amos 9:11-12; Santiago 2:7). Es una profecía en donde todas las naciones, judíos y gentiles adoraran a Dios juntos (Zacarías 14:6; Isaías 2:2-4; 43:21; 55:3-5). La iniciativa del Padre de hacer de ambos pueblos uno, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo que es la iglesia (Efesios 2:11-22). La iniciativa de Dios al visitar a los gentiles se mostró cuando envió la llenura del Espíritu Santo sobre la casa de Cornelio. La misión de Israel era llevar el conocimiento de Yahwéh Elohim a los gentiles (1 Timoteo 3:16). Cornelio es tipo del mundo hambriento de Dios, Pedro es tipo de la iglesia con sus prejuicios (Hechos 10:1-16). Ambos fueron preparados mediante una visión, uno para recibir y el otro para abrir, uno para recibir instrucción y el otro para eliminar los prejuicios sociales y raciales. Había llegado la hora de predicar el evangelio a los que no eran judíos ni samaritanos (Lucas 14:15-23). Luego se abre el camino a los gentiles para que entren a formar parte de la iglesia. Pedro recibe una visión para derribar oficialmente la barrera entre judíos y gentiles (Hechos 10:9-16; Efesios 2:11-22; Ezequiel 4:14). No era fácil vencer el exclusivismo del pueblo elegido por Dios, manchado con una conciencia fanática, racista y legalista. El propósito de la visión era que lo gentiles escucharan el evangelio de Jesucristo (Hechos 10:34-43), y el resultado de la visión, que recibieran el Espíritu Santo y fueran parte de la iglesia (v.44-48). ¿Por qué la mujer Cananea le llama hijo de David al Señor? Porque los milagros y señales que Jesús hacia y que habían cruzado las fronteras, lo acreditaban (probaban, certificaban, atestiguaban, demostraban, garantizaban) ante ella como aquel que era esperado en Israel, el enviado de Dios. Jesús permite el examen de la perseverancia para mostrar también la dimensión espiritual en la que se encontraba la niña endemoniada. ¡TEN MISERICORDIA DE MÍ! ¿Saben qué está diciendo con esa expresión? No tengo ningún derecho a ser atendida, sé que estoy alejada de la ciudadanía de Israel y ajena a los pactos de la promesa, pero sin derecho apelo a la compasión (bondad) del Hijo de David. ¿Cómo se presentó está mujer? Con las manos vacías, recociendo su indignidad y miseria (Lucas 1:50-53). Hace suya la desgracia de esa hija, ese es el poder de la intercesión. Hay que orar por los que no pueden orar ni saben orar. ¿Tiene hijos y familiares endemoniados y en rebeldía? ¿Cuál es la importancia del ministerio de la intercesión?
Interceder es tratar en la corte Suprema del cielo, los asuntos relacionados de otra persona con Dios. La intercesión es un ruego hecho en favor de otra persona delante del Señor. La intercesión debe tener intensidad, fervor, pasión, insistencia, perseverancia, y teniendo la asistencia (dependencia) del Espíritu Santo (Mateo 11:26). Interceder significa que los pecados ajenos ya no son objeto de crítica sino una tarea del intermediario para que el Señor pueda cambiar esa situación. En el trono del reino de Dios hay un abogado y un Sumo sacerdote que se presenta en esa corte y nos representa, y para ganar cualquier caso ese abogado y Sumo Sacerdote presenta la eficacia eterna de Su sacrificio en la cruz. Yahshua se presenta diariamente en esa corte para tratar los asuntos de muchos pecadores, pecadores salvos y no salvos mediante la intercesión. Eso está ocurriendo ahora mismo, Cristo está allí para representarnos. El trabajo como intercesor es poner en las manos de Jesús, la alabanza, la oración, la intercesión y la vida de otras personas. Jesucristo ha decido cargar con las cargas del hombre no solamente en la cruz, sino cargarlos delante del Padre como mediador y sumo sacerdote.
La mayor riqueza del creyente es que ahora tiene acceso libre a Dios Padre, por el camino nuevo y vivo que Jesús nos abrió a través del velo de su humanidad física (Hebreos 10:20-22). Lo que Jesús hace por la iglesia, Él espera que la iglesia lo haga por los necesitados en unión con él. Hay que orar por los que no oran ni saben orar ni pueden orar (Hebreos 9:24).
¿Qué fue lo que llevó a esta mujer a tener un encuentro con Jesucristo? La desgracia de un familiar. ¿Qué desgracias lo están acercando al Señor o lo están alejando de él? “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37-44; Lucas 10:21-22; 1 Corintios 1:26-31). La aflicción no debe apartarnos de Cristo sino acercarnos a él. Los padres deben sentir como suyos los problemas de sus hijos. ¿Qué se necesita para interceder por otros? Sentir la carga, el dolor, y la alienación que tienen como si fuera nuestra. Dios quiere padres y madres que intercedan con la fe persistente de esta mujer, para que sus hijos no sean arrastrados por el pecado y el demonio. ¿Cuándo fue la última vez que intercedió por su hijo o hija? El pasaje también aclara que aparte de clamar (ἔκραζεν enkrazen 2896) y rogar (2065 ἠρώτα eróta) también se postró (προσέπεσεν prosépesen 4363) a los pies de Jesús y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio (Marcos 7:25-26). Krázo es un término onomatopéyico para el grito penetrante del graznido de un cuervo, y en sentido figurado es gritar en voz alta con un chillido urgente utilizando un suspiro inarticulado que expresa una emoción y un dolor profundo. Erōtáō (de eromai, preguntar), es hacer una solicitud seria, especialmente por parte de alguien desde una posición preferida y de intimidad, por lo que tal solicitud debe recibir una consideración especial debido a la relación involucrada.
Prospiptó: postrarse, combatir, derribar, embestir, caer sobre alguien y en dirección a algo, postrarse ante, caer hacia adelante, y golpear en contra (Mateo 7:25). La tensión aquí significa que ella no solamente rogó una vez, se mantuvo suplicando, y esa es la razón por la que se dramatiza esa persistencia o perseverancia (Lucas 18:1-8). Aparte de ser persistente era ruidosa, escandalosa y ensordecedora. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús al primer examen de esa fe? Jesús no le respondió palabra, la respuesta fue un absoluto silencio, y obró con una gran aparente indiferencia, porque la indiferencia es lo opuesto al amor. Lo que Jesús le estaba comunicando a esta mujer en ese examen de fe era, no me importa para nada lo que te esté sucediendo. ¿Puede alguien seguir clamando, incluso después de haber mostrado reverencia y humildad ante el silencio frio de Jesús? (Mateo 8:23-27; Marcos 4:35-41; Lucas 8:22-25). ¿Cuál sería la respuesta del creyente moderno ante una actitud tan fría e indiferente de parte de Dios? El silencio de Jesús es la afonía (discreción, ocultación, disimulo, pausa, velo) para examinar la fe de cualquier persona que se acerca a él. La rendición es la herramienta más poderosa para conectarse con Dios.
Un llamado a depositar nuestras vidas en las manos de Dios. No hay manera de venir a Dios sin involucrar la rendición. La rendición y la perseverancia no es una muleta para gente débil, es una práctica para gente humilde y valiente. Antes de asumir una postura de victoria debe de haber una postura de entrega. En el acto de la rendición (entrega) el creyente recibe poder, vida y libertad. Rendirse significa resolver el problema a la manera de Dios, pero es un acto doloroso que tiene un precio adherido. Jesús también conoció el dolor de la entrega: Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo (Mateo 26:39; Hebreos 5:8). Rendirse a Dios es acabar con uno mismo, es el acto más doloroso y más liberador que existe. El silencio de Jesús no fue un obstáculo para la fe de esta mujer, siguió determinada caminando detrás de Jesús y los discípulos. Sin embargo, ahora llegaba el turno para examinar la actitud y la compasión de los discípulos de Jesús. ¿Cuál fue la reacción de ellos ante los gritos desesperados de esta mujer? Llegaron al colmo de rogarle a Jesús, que la despidiera, la rechazará, alejará, excluyera, y expulsará a esa mujer. En ningún momento Jesús había tratado de desalentar a todos los que se acercaban a él, claramente había pronunciado que todos los que estaban cargados y trabajados podían venir a él, porque cualquiera que viniera a él no lo echaba afuera (Juan 6:37-40; Job 19:25). Pero esta mujer fue tratada de manera diferente, Jesús conocía la fe que el Padre había puesto en esa mujer, una fe que podía vencer cualquier obstáculo y silencio (1 Pedro 1:7). Jesucristo siempre fue intencional en los tratos con los hombres, y mediante ese silencio la estaba invitando a perseverar en su oración. La intercedieron de los discípulos por ella fue racista, para que Jesús hiciera algo porque ya no aguantaban los gritos.
La perseverancia y la importunidad puede desagradar al hombre, pero a Dios le agrada esa clase de fe. Donde hay perseverancia hay humildad, y donde hay humildad hay dependencia, y la historia prueba que Dios es fiel. Con el propósito de la necesidad de orar siempre, y no desmayar, Jesús en ese contexto enseñó la parábola de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8). ¿Cómo la trató Jesús al principio? Jesús no respondió palabra (Mateo 15:23). ¿Cuál hubiera sido el mensaje para una persona sin fe y superficial? A Jesús no le importan mis ruegos, problemas, necesidades, me engañaron al hablarme bien de él. El silencio de Dios es la respuesta a la oración ferviente y persistente, él quiere llevar esa fe a otro nivel. ¿Cómo es posible entender la actitud de Jesús, cuando el mismo había dicho que había sido ungido para sanar a los quebrantados de corazón, libertar a los cautivos y a los oprimidos? (Lucas 4:18-19). En el primer examen, la mujer podía usar la excusa de haber sido discriminada y marcharse diciendo que Jesús era racista y prejuicioso. ¿Hasta dónde estoy dispuesto a confiar en Jesucristo? ¿Hasta qué punto quiero que mi hija sea nada? ¿Por qué Jesús la trató guardando silencio? Jesús conocía y quería mejorar la fe de esta mujer que era fuerte, y con la gracia de Dios superaría el obstáculo que el silencio suponía (1 Pedro 1:7). Los oídos de Jesús siempre están abiertos y atentos al clamor. ¿Ha sentido que Dios se hace el sordo, y que no tiene más el favor de él? Es una invitación a insistir, persistir, y perseverar en la oración. ¿Por qué Jesús ignoró a propósito a la mujer y observó a los discípulos para ver que harían? Jesús los está examinado a ellos también. “Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros” (Mateo 15:23). Hay gente que piensan para quiénes tiene tiempo Jesús y para quiénes no. ¿Ya observó la actitud de los discípulos de Cristo? ¿Sabe cómo solucionaban los problemas los discípulos? Alejando a la gente, juzgando, condenando, envidiando, dividiendo, discriminado, siendo sectarios, y peleando por los primeros puestos. En una ocasión vieron a alguien echando fuera demonios en el nombre de Jesucristo y en ese exclusivismo se lo prohibieron porque no era parte del grupo de los doce (Lucas 9:49-50; Marcos 9:38-41; 2 Timoteo 2:19). Jesús vino a romper las barreras del pecado de la inclusión y de la exclusión, porque supuestamente es una señal de importancia y de superioridad, y esa es la causa de la comparación. Los discípulos de Jesús también luchaban por el vip de los mejores asientos (Lucas 22:24-30; Marcos 10:35-45; Mateo 20:20-28). Jesús no condena el deseo de la grandeza, el Señor condena la motivación y el proceso mundano, esa pasión es saludable para evitar la mediocridad. La voluntad de Dios es abrazar a todo el mundo y que nadie se quede afuera. Aquí hay dos grupos que están siendo examinados, la fe de la mujer y la actitud de los discípulos. La formación espiritual de mucha gente está equivocada, sin importar cuánto alarde hagan de conocer a Dios, tienen muchos prejuicios culturales. El pecado de la exclusión (parcialidad, discriminación, favoritismo), es una perversión que se disfraza de virtud y de madurez espiritual en gente que dicen conocer a Jesús (Santiago 2:2-9; 1 Timoteo 5:21; cf. Hechos 10:34-35; Romanos 10:12). Hacer acepción (distinción, preferencia) de personas es inaceptable en la familia de Dios. La fe verdadera evita el favoritismo y la acepción de personas, es otra forma de reconocer que toda persona es creada a imagen y semejanza de Dios. ¿Qué hicieron cuando una multitud en el desierto necesitaba alimento? Interrumpieron al Señor para indicarle que se hacía de noche y que debía despedir a la gente (Mateo 14:13-21). Los discípulos no eran constructores de puentes sino de murallas. ¿Qué se siente ser perdonado y aceptado? ¿Qué sentimiento experimentó aquella mujer que fue sorprendida en adulterio ante el perdón de Jesús? (Juan 8:1-11). ¿Cuál es la vocación y el negocio de la iglesia? Salvar vidas mediante la capacidad de ofrecer aceptación, amor y esperanza. La aceptación es un gesto noble, difícil de definir, pero inconfundible cuando se experimenta. Aceptar a una persona no es lo mismo que aprobar la mala conducta. ¿Cuántos tienen las manos llenas de piedra, esperando la orden de Jesús? La historia de los fariseos es la historia de la iglesia, olvidaron el propósito y la misión de la iglesia. Los fariseos no la llevaron a Jesús para restaurarla ni libera, sino para humillarla y matarla, y reunir evidencia contra Jesús. ¿Por qué será que las congregaciones producen gente que le gusta apedrear? ¿Cuánto tiempo lleva en la profesión o ministerio de apedrear a la gente? ¿Por qué los pecadores corrían hacia Jesús, mientras esquivaban a los fariseos? La gente caída no tiene moral para tirar piedras (Romanos 2:1-11), porque al final, el pecador que condena a otros termina juzgándose a sí mismo (2 Samuel 12:1-25).
En la comunidad de Jesús no debería de haber lugar para tirar piedras. Jesús mantuvo la ley en alto y preservo al reo. No fue inconsecuente con la que enseñaba, pero Él cargó con ese pecado. No rebajó las demandas de la ley ni excusó el pecado de la mujer. Los fariseos siempre son severos y celosos con los pecados ajenos, pero muy indulgentes y tolerantes con los propios (Gálatas 6:1; Daniel 5:6). ¡Es una bendición ir o ser llevados al tribunal de Dios y ante esa corte suprema, él es salvación y condenación al mismo tiempo! (Mateo 9:6; Marcos 2:10; Lucas 5:24). Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica (v.33). ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió y también resucitó. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? (v.35-39). ¿A quién quiere apedrear? ¿A quién le está tirando piedras? Es tiempo de acabar con el oficio de apedrear a la gente, es el tiempo de seguir el modelo de Jesús. Es el momento de soltar la piedra del rechazo, condenación, orgullo, enemistad, superioridad, racismo, legalismo, y del individualismo. ¿En qué circunstancias falló y alguien le ofreció aceptación en lugar de condenación? ¿Cómo afecto eso su relación con Dios? El creyente inmaduro disfruta el sentimiento carnal de superioridad, la tendencia de excluir porque cree que vive en el lugar santísimo, y subir de categoría para saber que tiene un valor excepcional. Hay muros entre esposo y esposa, compañeros de trabajo, entre iglesias, culturas, razas, y países. Había un muro entre aquella mujer gentil y los doce apóstoles que se creían tan importantes, los del circulo intimo (Marcos 9:38; Lucas 9:49). La importunidad en la oración es muy importante porque habla mucho de la fidelidad de Dios y de su carácter (Lucas 11:5-13; 18:1-8). Sí la importunidad tiene buenos resultados con los hombres porque se incomodan, con Dios es mejor porque le agrada el carácter persistente. ¡Hay poder en la oración inoportuna! La viuda de la parábola importunaba a un juez injusto, nosotros a un Juez justo. ¿Qué es lo que Dios busca para hacer justicia? Fe persistente e impertinente. El enfoque primordial de la parábola del buen samaritano es la barrera racial y el nacionalismo (Salmo 24:1; Génesis 1:28; Hechos 2:5-17; Lucas 10:33; Apocalipsis 7:9; 2 Corintios 8:8-15). En la parábola del buen samaritano, Jesús ataca los prejuicios raciales y comunitarios, y cuando los líderes fracasan, Dios es soberano para escoger otras personas para expresar su voluntad. La dignidad, igualdad y responsabilidad human son las mismas para todos (Génesis 1:27-28; Job 31:13-15; Proverbios 14:31; Santiago 2:1-9; 1 Pedro 1:17; Hechos 10:34, Romanos 2:11; Mateo 22:40). El prójimo es cualquier persona en necesidad, y siendo pecadores y enemigos de Dios, Jesucristo murió por nosotros para reconciliarnos con Dios (Romanos 5:5-11). El pecado es grave, dejó al hombre alienado de Dios (Génesis 3:8), alienado de sí mismo (v. 10), alienado de los demás (v. 7; 1 Corintios 11:11-12), y alienados de la naturaleza (v. 17-19). La iglesia no es un lugar para volver a levantar barreras y prejuicios, y todo aquello que ofende a Jesucristo debe ofender a su pueblo. Jesús es el buen Samaritano a quien la parábola apunta. El Dios de la Escritura se complace (agrada, goza) en hacer el bien a todos los que confían y esperan en él (Sofonías 3:17; Salmo 147:10-11; Jeremías 32:39-41; Salmo 84:11; 119:71; Isaías 38:17). Dios mismo sale a buscar al necesitado para mostrar Su gloria (2 Crónicas 16:9), ni siquiera está esperando al necesitado (Filipenses 4:19; Isaías 65:19). Dios se alegra cuando las lecciones y los exámenes de la vida se hayan aprobado, él no tiene la actitud del juez injusto para hacer justicia (Jeremías 32:41; Isaías 62:4-5; 57:15). Él siempre ha sido y será el buen pastor que sale a buscar la perdida, a vendar a la perniquebrada, a fortalecer a la débil, para que duerman en buen redil y sean apacentados en pastos suculentos (Juan 10:16). Sin embargo, el propósito de Dios es deleitarse en la gloria de Su nombre (Sofonías 3:12; Ezequiel 36:22-38; cf. Filipenses 2:11; Hechos 4:12). La verdad central del evangelio es la gloria de Dios y la dignidad de Él, todo lo que él hace lo hace por la gloria de Su grandeza. Dios se deleita en aquellos que confían en Su grandeza y fidelidad. La fe de la mujer Cananea era como la confianza de un niño, humildad y dependencia (Lucas 10:21-24; Juan 4:25-26; 6:44- 47; 14:8-14; 17:6). Los caminos y los pensamientos de Dios son inescrutables (Isaías 55:9-13). Mediante el silencio del examen, Jesús se proponía fortalecer la fe de aquella mujer (Lucas 4:18-19). Para los discípulos, los gritos y la desgracia de aquella mujer eran una importunidad y una gran molestia a la conveniencia personal.
II) SEGUNDA PARTE DEL EXAMEN, NO ERES PARTE DE MI MISIÓN (Mateo 15:24-25). Cuántos aguantan un examen en el que les digan, no eres parte de mi gestión, ocupación, comisión, viaje, jurisdicción, y de mi servicio. En la Escritura se descubre que la prioridad de Dios en la obra misionera es la adoración, porque la necesidad más grande del hombre es Dios mismo (Juan 14:6; 17:1-8). Está comprobado que el evangelio antropológico es falso porque le roba la gloria a Dios, y se anula la obra del Espíritu Santo. ¿Quiere la iglesia ver la gloria de Dios? entonces no debe promover la gloria del mundo y de la carne, y debe renunciar a la mundanalidad y a la idolatría (Ezequiel 8:4-16; 1 Juan 2:15-17; Santiago 4:4; Tito 2:12; 1 Juan 5:4-5). En el caso que Dios valorará como su mayor tesoro algo que fuera menos valioso que su propia gloria estaría siendo idólatra. ¿Cuál es el objetivo de la iglesia al alcanzar las naciones mediante el evangelio del reino de Dios? Que todos los hombres puedan disfrutar la gloria de Dios (Salmo 67:3-4). Cuando la iglesia se vuelve antropológica, Dios no recibe honra y el hombre queda mal representado, y esa es la gran diferencia entre el ministerio de Jesús y la iglesia contemporánea. ¿Existe algo mejor que Dios mismo? (Juan 5:41; 7:18; Hechos 1:8). La adoración (conocer a Dios) es el objetivo de la venida de Jesús a la tierra (Juan 4:23-24). No hay conocimiento del Dios verdadero, por lo tanto no hay obediencia a la voluntad del Eterno (Salmo 67:3-4). Nadie puede adorar lo que no conoce ni obedecer lo que no sabe (1 Corintios 2:10-16; Juan 14:15, 21). ¿En qué consiste adorar al Dios verdadero? El fundamento es saber quién es Él de acuerdo a lo revelado en las Escrituras sobre su naturaleza y carácter (1 Corintios 1:19-21; 2:8-16; Isaías 29:14; Santiago 3:15). Es imposible adorar a un Dios desconocido. ¿Por qué la vida cristiana es una vida de fe? La fe es la respuesta a la revelación divina, y consiste en confiar en Él teniendo en cuenta quién es Él y de quién se trata (Salmo 9:10). ¿Por qué Jesús decidió hacer un viaje misionero a la tierra y encarnase? (Juan 17:1-8; Hebreos 2:14-18). ¿Cuál era la motivación mayor de Jesús al venir a la tierra? Exaltar la majestad y la belleza de Dios porque no hay nadie como él (Isaías 6:1-8). La peor idolatría que existe es rechazar la gloria de Dios por la de los hombres. Jesús se encarnó para demostrar la verdad de Dios, las promesas de Dios, y que Dios es glorioso (Romanos 15:8-9; Juan 1:18). Un precio grande se ha pagado para devolver la presencia de Dios al hombre caído y restaurar esa comunión viva y eficaz. ¿Con qué propósito liberó Dios a Israel de la esclavitud en Egipto? (Éxodo 19:4-6). Comunión y vocación (Hebreos 10:20; Apocalipsis 21:3). Para ser un misionero de la talla de Jesús hay que tener pasión y celo por la gloria de Dios y misericordia por las naciones. La obra misionera es la respuesta al compromiso eterno que Dios tiene con Su santo nombre (Filipenses 2:9-11). La profanación de su nombre no va durar para siempre (Ezequiel 36:20-33), porque el Dios de la Escritura es misionero (Romanos 10:14-21; Ezequiel 34:11-16; Juan 11:52; 17:20; cf. 6:37, 44). Jesús dijo en Juan 10:16 que también tenía otras ovejas que no eran del redil de Israel, ovejas que también bebía atraer, y que oirían su voz. De esa manera, mediante la iglesia, él tendría un solo grupo de seguidores (un rebaño), y un pastor (Lucas 7:1-10; Marcos 8:5-13; Jeremías 50:6, 17; Ezequiel 34:6; Mateo 18:12). El rebaño de Jesucristo nunca estuvo limitado al rebaño de Israel, pero por medio de la iglesia el alcance es mundial (Isaías 54:2-3; Miqueas 4:1-2). El Dios del antiguo testamento no es exclusivamente el Dios de Israel (Números 16:22; 27:16; Hechos 14:17). La elección de Dios al pueblo de Israel era el método para alcanzar a las naciones (Génesis 12:1-2; Gálatas 3:29; Romanos 4:16-17). ¿Cuál fue la tragedia del pueblo de Israel? Se les olvido el alcance universal de la promesa de Dios (Gálatas 3:8; Génesis 12:2-3). Pasaron por alto el hecho de que Dios había elegido una familia con el fin de alcanzar a todas las familias de la tierra (Salmo 2:8; 72:11; Isaías 49:6; 2:2). Aunque es legítimo reunirse formando un círculo, es importante comprender que ese círculo sea vaciado hacia afuera y no hacia adentro. ¿Cuál era el objetivo de Satanás y del hombre al edificar la torre de babel? (Génesis 11:1-9). La torre tenía el fin de impedir la dispersión, y el líder de esa construcción anhelaba una monarquía universal. El hombre contemporáneo no es diferente a esa sociedad primitiva, en donde la seguridad se coloca en esas grandes estructuras y logros humanos. La iglesia actual está transitando por el mismo principio satánico de la torre de Babel, seducciones que tienen que ver con el éxito a manera del mundo. Cuando una organización o iglesia solamente miran hacia adentro, están imitando el mismo principio satánico de aquellos que quisieron construir la torre de Babel.
Una iglesia es creado para extenderse cada vez más hacía afuera y no hacia adentro. El Señor llama a la iglesia al riesgo voluntario, a abrirse y dispersarse, no debe aferrarse a ningún recurso para que otros puedan comenzar a tener comunión con Di-os. ¿Cuál es la lección de la torre Babel para todo ser humano? Toda empresa humana que contradiga los propósitos de Dios está destinada a la derrota. “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas” (Isaías 54:2-3). Cuando Juan ve una puerta abierta en el cielo, mira una gran cantidad de personas de pie delante del trono de Dios, la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas (Apocalipsis 4:1; 7:9-15). El creyente inmaduro se siente muy especial y privilegiado cuando Dios supuestamente excluye a otros. Sin embargo, en el corazón de Dios no existe la parcialidad ni el deseo de rechazar a nadie. Es muy importante vigilar la comunidad, con el tiempo se pueden volver piedras de tropiezo que ni entran ni dejan entrar a los que están entrando (Mateo 23:13). ¿La respuesta del Mesías a sus discípulos parecía acabar con la fe de la mujer? “Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel” (Mateo 15:24; 4:24; cf. 8:11; Lucas 13:29). Jesús deja claro que la apertura de las puertas de par en par para los gentiles en el reino de los cielos es un asunto del futuro, el día que naciera la iglesia en el pentecostés. Aunque Jesús permanece inflexible en querer ayudar a la mujer, para la Cananea es un gran avance saber que ha rompido el silencio, y lo toma como una invitación a seguir luchando, todavía él está tratando conmigo. El plan de Dios con las ovejas perdidas de Israel era levantar un pueblo misionero (Juan 1:11; 1 Timoteo 2:6; Éxodo 19:5-6). En otras ocasiones había dicho claramente, él que me a mí viene, yo no le hecho fuera; y vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar; y que no había venido para condenar a la humanidad, sino para que todos los hombre sean salvos por él. Hay momentos que la experiencia es el mejor método para impartir una enseñanza en lugar de dar una conferencia. Los discípulos tenían una actitud exclusivista, un orgullo tonto de haber sido elegidos que se volvió en prejuicio de los demás (Lucas 10:21-22; Juan 6:37-39; Ezequiel 18:32). Jesús sabe que los discípulos necesitan una experiencia para curarlos de esa actitud exclusivista, segregacionista, y racista, un ensayó que persistió con Pedro con la visión de un gran lienzo que tenía animales inmundos (Hechos 10:10-23). La visión que recibe Pedro era para derribar oficialmente la barrera entre los gentiles y los judíos. Después de la ascensión de Jesucristo a la diestra del Padre, había llegado hora de derribar la barrera y de extender el mismo privilegio a los gentiles pero mediante el misterio de la iglesia. ¿Vendrá Pedro a la casa de un incircunciso? Era un caso de conciencia fanática y legalista, vencer el exclusivismo de pueblo elegido. Se necesitaba una revelación especial para asumir la evangelización a los gentiles. ¿Por qué vio el cielo abierto? La orden es divina, y que la cruz ha derribado la barrera que separaba pueblos. Era necesaria la visión y la voz de Dios para derribar una tradición muy arraigada (Ezequiel 4:14; Marcos 7:18-19). El propósito de la visión era que los gentiles escucharan la proclamación del evangelio. El resultad de la visión, que los gentiles reciban el Espíritu Santo y sean parte de la iglesia (Hechos 10:44-48). Luego Jesús va a decir una verdad que al parecer les está dando la razón para despedir a la mujer. Es verdad, tienen toda la razón, yo no tengo tiempo para los gentiles, porque yo solamente fui enviado al pueblo favorito de Dios, Israel (v.24). ¿Quién va a defender a esa mujer y va interceder por ella? La formación teológica, cultural y doctrinal de los discípulos, según ellos en su sana doctrina, esa mujer era una paria y merecía ser rechazada, evitada, ignorada, excluida, olvidada, incomunicada y hasta despreciada. ¿No es esa la actitud de muchos círculos cristianos con los que no son creyentes? (1 Corintios 5:9-13; Romanos 10:12-21). Usando un poco la imaginación, se puede ver la sonrisa y la satisfacción de los discípulos, el Señor acaba de confirmar que los gentiles son parias, gente inferior y de mala reputación. ¡Jesús parece estar de acuerdo con la teología de ellos y con el trato que merecen los gentiles! ¿Hay alguien que esté en desacuerdo con Jesús? ¿Hay alguien que entienda el examen o la prueba que el maestro les está haciendo? Hasta este punto, Jesús todavía no se dirige ni le habla a la mujer, pero ya rompió el silencio, y para esta mujer, oír la voz de Jesús era oír la voz del Padre. “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí” (Juan 6:44-45). ¿Quién había enseñado a esa mujer para que viniera a Jesús? (Juan 10:22-29). Se sabe por la Escritura que la fama de Jesús se había difundido por toda Siria, al punto que le traían todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, los lunáticos y paralíticos, y los sanaba a todos sin importar la enfermedad y la dolencia (Mateo 4:23-25). El testimonio de los hechos de Jesús había llegado a los oídos de la mujer cananea, de alguna manera ya tenía una imagen clara del Mesías. ¿Cómo sonaban las palabra de Jesús dicha a los discípulos? (v.24). “Eres una extraña, no formas parte de mi misión, no tengo porque servirte ahora”. ¿Cuántos creyentes actuales se hubieran quedado perseverando con la actitud de esta mujer? ¿Cómo puede esta mujer ver bien a Jesús a pesar de todos los obstáculos del examen o de la prueba? Jesús parece dispuesto a no ayudarla en su petición. ¿Qué clase de relación tenía esa mujer con Dios el Padre? Quizás se hizo la misma pregunta de Pedro cuando Jesús les dijo a los discípulos por la Palabra tan dura que estaba predicando: ¿Quieren también irse ustedes ahora que todos se están desertando? Pedro respondió: ¿A quién iremos Señor, si solamente tú tienes palabras de vida eterna? ¿Puede ella acudir a alguien más por ayuda que no sea Jesús? (Juan 6:67-69). ¿Hay alguien aparte de Jesús que pueda de verdad ayudarla? Ella sabe que no existe otro lugar a donde ir, y que solamente Cristo tiene palabras de vida eterna. ¿Cuál es su próxima actitud ante el Señor? Viene directamente hasta donde se encuentra el Señor y se postra (προσεκύνει proskúnei 4352) ante Él (v. 25). Un acto de respeto y de adoración. ¿Entendía ella que Jesús era divino? No se puede afirmar ni contradecir. Pero para ella Jesús era capaz de darle solución al problema de su hija, reconocía que Jesús era superior a cualquier hombre. ¿Será posible que la teología de Jesús sea mejor que la de los discípulos prejuiciosos? La voluntad de Dios siempre es mejor que la opinión de Satanás y de cualquier circunstancia (Romanos 12:1-2). Tal parece que esta mujer conocía el poder de la rendición, una herramienta poderosa para conectarse con Dios y vencer cualquier obstáculo. En vez de movilizar la voluntad, el creyente rinde a esa voluntad para recibir fortaleza y vida. Era un llamado a depositar su vida y confianza en las manos de Dios. No hay manera de venir a Dios sin involucrar la rendición. ¿Puedo confiar mi futuro en las manos de Dios? La rendición no es una muleta para gente débil es un práctica para gente valiente. No confunda la rendición con la pasividad, sino que es un esfuerzo consciente de ejercitar todas las facultades morales y espirituales. No significa aceptar los problemas de manera fatalista. Antes de asumir una postura de victoria debe de haber una postura de entrega. La acción de rendirse de adorar y de postrarse es un acto doloroso, es un acto de entrega que tiene un precio adherido (Mateo 26:39). No es la clase de mujer que deja las cosas a medias, es la clase de mujer que termina lo empieza. El problema de esa hija se vuelve una unidad con ella, es la agonía de una persona que sufre por la condición de otros (Éxodo 3:7-9). ¿Cuántos padres y líderes oran al punto de hacer propia la desgracia y la necesidad de los indefensos, desamparados, perdidos y aislados? Hay un exclusivismo necio que todavía existe en muchos creyentes, prejuicios de superioridad. Para Dios no hay favoritos, él no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia (Hechos 10:34-35; Job 34:19; Romanos 10:12). Cuando la iglesia comprende el corazón de Dios se vuelve una comunidad irresistible (Juan 13:35; 15:12; 1 Pedro 1:22). Desgraciadamente todavía hay creyentes modernos que interpreta la biblia con un sentido de superioridad, con prejuicios, con un exclusivismo enfermo. Cuando la mujer escuchó que ella no formaba parte de la misión de Jesús en ese momento, con una actitud de adoración se postró ante Él, diciendo: ¡Señor, socórreme! (v.25; cf. Hechos 9:4; 22:7; 26:14; Mateo 8:17). ¿Cuándo fue la última vez que notó que alguien se sentía solo y excluido? ¿Qué hizo al respecto? Adoptó la actitud del sacerdote y del levita que pasaron de largo del herido sin auxiliarlo o más bien practicó la actitud del buen samaritano (Lucas 10:2536).
III) TERCERA PARTE DEL EXAMEN, NO PERTENECES A LA FAMILIA DE LA FE (Mateo 15:26-27). ¿También ustedes quieren que trate como perros (viles, indignos, despreciable, indeseable, repugnante) a los gentiles? (1 Corintios 1:26-30).
Cuando Dios escogió al pueblo de Israel no eran los mejores, eran lo peor y lo más débil, fue por gracia incondicional, para resaltar la gracia inmerecida de Dios (Josué 24:2-3; Deuteronomio 32:6; 7:6-8). Dios no fue influenciado por la buena moral de nadie, el amor de Dios es soberano (Romanos 9:10-12). El motivo no era la grandeza moral de ese pueblo, pues no tenían nada que ofrecer, era los candidatos con la menor probabilidad de ser escogidos (Salmo 106:7-8). La misma libertad y soberanía que Dios tuvo para escoger a Israel, también tiene para escoger a los gentiles (Mateo 21:43; Lucas 21:24; Lucas 10:21-22). Los judíos llegaron al ridículo de pensar que la madurez espiritual era excluir a las personas por sus enfermedades, origen étnico, género, oficios despreciables como recaudar impuestos. Sin embargo, Jesús era amigo de los publicanos y de los pecadores (Mateo 11:19; Lucas 7:34; 15:1-32). El pecado de la exclusión, rechazo, separación, excomunión, y de la parcialidad (prosopolempsia) es abundante en la iglesia contemporánea (Santiago 2:1-13). La discriminación y el prejuicio social y racial dentro de la iglesia es un grave pecado (Santiago 3:9). En las congregaciones hay muchos pecados que pasan por virtudes y hasta se aplauden y se imitan. Jesús tocó leprosos, gente ceremonialmente inmunda, incluyó a los parias y elimino las etiquetas injustas. El mejor regalo que se puede dar a las personas es la aceptación incondicional. Pero no se equivoquen, esta mujer no es cualquier mujer, es una mujer que fue enseñada por el Padre, y todo lo que oyó de Él, y aprendió de Él, lo va a poner en práctica. Nadie sabe que es un examen a dos grupos, pero quién podría soportar una prueba de ese calibre. Llegar a Jesús con la mejor actitud y motivación, y de pronto el tipo se vuelve salvaje y descortés en apariencia. Por palabras menos pesadas que esa la gente sale corriendo de las congregaciones sin deseos de nunca más volver. ¿Mujer, cómo puedes esperar comer el pan de los hijos, cuando no perteneces a la familia de la fe? Jesús no uso el término peyorativo (despectivo, ofensivo, despreciativo, desdeñoso) perro, utilizó un ejemplo de los perros domésticos y falderos. Cualquier creyente actual hubiera dicho: No vale la pena seguir luchando, vengo con una gran necesidad a buscar al famoso Jesús con prestigio de ser compasivo y me reprocha que soy una advenediza (inoportuna, entremetida), aparte de tener una hija endemoniada todavía tengo que recibir insultos. Pero sería bueno cambiar de escenario, va a salir corriendo para otro lado con ese problema en vez de luchar con Jesús al estilo de Jacob. Esa mujer lucho con Dios hasta ser transformada. La lucha contra cualquier enemigo no es nada cuando se aprende a luchar con Dios. ¿Cuál hubiera sido la actitud del creyente actual? ¿Es éste el Hijo de David? ¿No creo que tenga fama de tierno, amable y misericordioso? ¿En qué consistía la prueba para los discípulos? Era averiguar quién de ellos la iba a incluir, comprender, aceptar, defender y amar. ¿Quiénes son los invitados a la mesa del Mesías? (Mateo 8:11-12; 22:1-14; Lucas 14:15-24). ¿Cuál fue la misión del viaje de Jesús a la región de Tiro y Sidón? No tiene sentido viajar a un lugar y no querer hacer nada por las personas allí, era la voluntad del Padre que Jesús fuera a socorrer a esa mujer. ¿Qué tanta convicción tiene de la compasión de Jesús para ese problema espiritual, moral y físico? Así que después de que la mujer se postrase ante Jesús, diciendo: ¡Señor, socórreme! (v.25). Jesús rompe el silencio por primera vez ya dirigiéndose a ella. Sin embargo, lo que le dice no es nada alentador para el oído externo, pero para los que tienen un oído espiritual, era una invitación a seguir luchando. “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” (v.26; Gálatas 3:26-29; Marcos 7:31-37). Dios antes de elevar a un honor especial tiene que traer humildad. La fe grande tiene que ser ejercitada con pruebas grandes (1 Pedro 1:7). Por la respuesta que la mujer devuelve, aparte de ser una mujer de fe, se puede apreciar que tiene la capacidad de debatir (argumentar, deliberar) con firmeza, ingenio y sagacidad. De alguna manera Jesús le dio una llave al decirle perrillo faldero (la mascota), los que comen debajo de la mesa. Es bueno recordar que todavía no había sido derribada la pared intermedia que separaba gentiles y judíos (Efesios 2:11-22). ¿Por qué Jesús no atendió antes a los ruegos de esta pobre mujer? ¿Por qué permitió que estuviera clamando y rogando por tanto tiempo? ¿Será que Dios se deleita en hacernos mendigar y sufrir? (Romanos 4:18-20; 2 Pedro 1:5-6; Hebreos 10:36; Santiago 1:4). La tribulación produce paciencia, y la paciencia prueba, y luego viene la esperanza que no avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en los corazones por el Espíritu Santo (Romanos 5:4-5; Hebreos 6:12). La fe se fortalece y se perfecciona en la espera (Juan 6:5-6; 11:6).
La fe verdadera no retrocede, no sale corriendo, no se rinde, pero se humilla. Ella comprendió que en ese momento estaba bajo la mesa de la misericordia y que cualquier migaja era suficiente para expulsar ese demonio. Parafraseando la mujer respondió a Jesús: “Yo conozco tu corazón, porque fui enseñada y aprendí de la voz del Padre, así que no me voy a ir ningún lado. Yo sé que tienes alguna migaja porque en este momento no estás en el territorio de Israel y ninguno de ellos puede perder esos privilegios”. ¿Vamos a escoger la fe o la incredulidad? El mejor ejemplo es el padre de un muchacho endemoniado que sufre convulsiones y una conducta de autodestrucción. Este hombre pidió ayuda para vencer la incredulidad (Marcos 9:14-29; Mateo 17:14-21; Lucas 9:37-43). Hay indignación y dolor de parte del Señor Yahshúa por la incredulidad a una comunidad privilegiada (Romanos 10:8-18). En la vida existen momentos en donde la persona quiere creer y confiar en las promesas de Dios, pero descubren que a pesar de todos sus esfuerzos no pueden. ¿Cuál es la causa que hayan dos personas que creen en la Escritura, pero tienen resultados diferentes? (Mateo 7:24-27). La fe verdadera cree en el testimonio que Dios ha dado por medio de Jesucristo, y en esencia es confiar en esa persona (1 Juan 5:9-12). La incredulidad puede arrastrar a las personas al cinismo, escepticismo, y a la rebeldía. El común denominador de los cínicos es el miedo de aceptar responsabilidad, no cree estar a la altura de las circunstancias (Juan 18:38). Es increíble pero las comunidades evangélicas pueden convertirse sin darse cuenta en un terreno fértil para el cinismo. La incredulidad no es insuficiencia de evidencia, es una decisión del intelecto y de la voluntad, simplemente no quieren creer. ¿Puede seguir adelante cuando no sabe por qué y Dios parece cruel y malvado? ¿Va a seguir adelante aunque no vea con claridad el camino? ¿Va a seguir confiando en que Dios es fiel a sus promesas y que tiene un plan perfecto para su vida? ¿Es capaz de luchar con Dios hasta que lo bendiga? ¿Por qué Dios no nos da la bendición desde el principio? Dios valora la tenacidad, persistencia, perseverancia, constancia, paciencia, y la lealtad. ¿Qué va escoger, la esperanza o la incredulidad? ¿Por qué Dios no bendijo a Jacob desde el principio de la lucha? Para los discípulos esta mujer era una paria, una persona intocable, indigna del favor de Dios, una idolatra y enemiga del Eterno, pero para Jesús era alguien que estaba luchando con Dios como Jacob, era Israel. Al inicio del examen, los discípulos pensaron que estaban tratando con un don nadie, con una escoria y basura gentil, pero esta mujer entiende el lenguaje de la fe y tiene la capacidad de relacionarse con Jesús en un nivel de confianza y humildad sin paralelo. Ese espíritu de exclusión, racismo, discriminación, segregación, sectarismo, arbitrariedad y de prejuicio, es la marca de los enanos espirituales (2 Corintios 6:11-13)
IV) LAS NOTAS DEL EXAMEN, ERES UNA HIJA DEL PADRE (Mateo 15:28; cf. 8:10; Romanos 9:26). Llego la hora de correr el telón, se acabó el examen, es la hora de entregar las notas y mostrar la bondad del cielo, y Dios rompe totalmente el silencio, y ve el rostro de la mujer cara a cara. “Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente” (Romanos 9:25-26; Oseas 1:10). En este punto del drama, Jesús se encuentra lleno de satisfacción y de admiración, la mujer demostró tener una mega fe (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10). Ella es tiene una megafe, los discípulos todavía son hombres de poca fe. En una ocasión les dijo: ¿Hasta cuándo he de estar con ustedes? ¿Hasta cuándo los he de soportar? (Mateo 8:26; 6:30; Lucas 12:28). La mujer es una extranjera, una pagana, Pero al examinar Jesús la fe de ella, descubre que de allí en adelante, no se dirá más que eres extranjera o pagana, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido (Génesis 32:28). La comunidad más grande del universo es la más humilde e imparcial. Luego después de que la mujer hubiera aprobado el examen exclama: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora (v.28). ¡Qué contraste entre los gentiles y los judíos! La gente que mayor fe deberían de tener, eran los más incrédulos. La fe legitima que ha sido enseñada por el Padre, es invencible y persistente. El silencio de Dios no es una respuesta negativa, es una invitación a luchar con Dios al estilo Jacob en Peniel. “Nunca había visto a nadie con tanta confianza en mí le dice el Señor a los discípulos, ni un amor tan dispuesto a correr tantos riesgos como la fe de esta mujer.
Cuando está mujer se me acercó, ustedes pensaron que estaban viendo a un ser inmundo e inferior. Nunca pensaron que ella podía tener una relación íntima con mi Padre. Esta mujer se ha relacionado conmigo en un nivel de comprensión, de humildad y de confianza extravagante, como la fe de Abraham en el Monte Moriah cuando le pedí que sacrificara a Isaac”. Allí donde reina el racismo y la discriminación, mi presencia se encuentra lejos de la comunión con ese pueblo. En Jesús nadie es dejado afuera, excepto los que se niegan a entrar. ¿Qué es lo que Jesús alaba en la mujer? Lo que Su Padre estaba haciendo en aquella mujer. A UNA FE AUTENTICA DIOS NO LE PUEDE NEGAR NADA (Sofonías 3:12, 17; Isaías 57:15). Ahora eres una hija adoptada, ya que por medio de Jesús, el pecador arrepentido se vuelve parte de la familia de Dios.
La fe del pasado se conoce como testimonio, y la fe del futuro es llamada esperanza. Nadie tiene problema con el testimonio histórico y bíblico del pasado, tampoco nadie cuestiona a Dios con relación a las promesas del futuro. ¿Qué clase de fe se necesita para traer las bendiciones que Dios tiene para hoy (presente)? El problema con la mayoría de evangélicos es poder experimentar el reino de Dios y su manifestación hoy. ¿Qué se debe hacer para tener la fe que hace posible lo imposible, que trae lo invisible al mundo visible hoy? Esa era la queja de Gedeón cuando el ángel de Yahwéh se le apareció debajo de la encina que está en Ofra, cuando éste varón estaba sacudiendo el trigo en el lagar para esconderlo de los madianitas. ¿Cuál era la queja de Gedeón?
Entonces Gedeón le respondió: Ah señor mío, si Yahwéh está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? Y dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos hizo Yahwéh subir de Egipto? Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los madianitas (Jueces 6:11-16; Romanos 5:8). ¿Cuál era el problema en los días de Gedeón? El pueblo del Dios verdadero tenía dos altares, adoraban formalmente a Dios pero en la vida cotidiana servían a Baal y a Aserá. El desafío es descubrir siguiendo el modelo de Jesús, cuáles son los ingredientes para tener una fe viva presente que haga realidad del reino de Dios en las necesidades actuales.